Los balones intragástricos, las anillas tipo LapBand o el POSE, presentan resultados dispares y variables, con menores pérdidas de peso y menos mantenidas en el tiempo, condicionando un importante número de fracasos.
Más del 80% de los pacientes tratados mediante el balón intragástrico recuperan el peso perdido a los 6 meses de haberlo retirado. El 25% de los pacientes portadores de una anilla o banda laparoscópica necesita volver a operarse por los resultados insatisfactorios. La tasa de éxitos es pequeña (pérdida > 50% del Exceso de Peso), del 55% a los 3 años, 45% a los 5 años y del 35% a los 8 años, y los fracasos numerosos (pérdida < 25% del Exceso de Peso), del 15% en los 3 primeros años, 30% a los 5 años, y del 40% a los 8 años, en que ya es mayor el número de fracasos que de éxitos. Estos resultados son tan descorazonadores a medio y largo plazo como los obtenidos por las gastroplastias anilladas, de moda en los años 90, y ya en desuso.
Otras técnicas más agresivas como el Cruce Duodenal están indicadas en casos muy especiales de obesidad extrema, además de emplearse cada vez con menor frecuencia.
En los últimos años se están desarrollando nuevas técnicas tanto bariátricas como metabólicas, como el SADI-s (variación del clásico Cruce Duodenal), el mini-Bypass Gástrico (bypass simplificado controvertido por posible riesgo de tumores del estómago), BYPASS DUODENO-ILEAL con o sin Gastrectomía Vertical (prometedora técnica metabólica para la Diabetes), etc.